De todo cuánto gotea mi alma hablan mis poemas, de todo cuánto me rodea: de la premura del tiempo, de las personas apresuradas al cruzar la calle, del hilo delgado que sostiene el globo que lleva un niño en sus manos, de la sonrisa que se delinea en los labios de un desconocido, de la muerte, de mis sombras, del hecho poético que se penetra al anticiparme a los seres que me habitan —a los que vislumbro frente al espejo—, del deseo, del anhelo, de mi mente avasallada por los pensamientos. Le escribo al alma, a la luz profusa que recorre el universo, a la vida, al querer salvarme, al intentar amarme a pesar de mis incontables formas de no apreciarme.
Todo lo que mis ojos observan, lo que en mi vida transcurre, todo aquello que se cruza, que palpo, que respiro…, todo es poesía, la que salva y aviva el resplandor, y la que desagua ese oscuro océano del egocentrismo. Escribo porque mi corazón me impulsa, porque así converso con mis penurias, y puedo hablarle al mundo. Es esa valentía que tanto cuesta cultivar.
La poesía que me brota de este palpitar incesante la comparto mayormente a través de la plataforma de Instagram, en mi cuenta @instinto2924. Igualmente, encuentran parte de mi humilde obra en TikTok y Facebook.
Hago parte desde hace un tiempo de la Asociación de Escritores Hispanos —AEHIS —.
He publicado a través del Blog Literario Creativo Zarracatalla Poética con mi poema: “Mente en Resplandor”, y a través de dicha asociación, he participado con uno de mis poemas de nombre “Mi «Ser» Amalgamado”, en la antología poética denominada Voces en el Viento.
Así mismo, fue ganadora como Poeta Wilde Nacional por Colombia, en el concurso organizado por la Editorial J. Bernavil año 2022, con mi poema titulado: “Vestigios de un Resurgimiento”.
Soy apenas una aprendiz en este caminar que despunta el alba.
A continuación, y con el mayor de los respetos comparto algunos de mis poemas favoritos:
1. Seré del viento…
Seré del viento la hojarasca…
«Desplazada entre cipreses».
Y del campo…, margaritas,
abstraídas en la bruma.
Sabrá el nutriente de la savia
recorrer mis esparcidos.
Seré caída…
—Halada por la lluvia
que suele precipitarse por el bosque—.
Del aire su murmullo…
Peregrinaré por los azares
del tiempo…,
y volveré a la tierra.
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2. Si es el crujir de las hojas
lo que impulsa al viento
a desplazar la hojarasca…
Si son las savias vibrantes
de ese verde que siempre vuelve
lo que ha de bañar los campos
en los que revolotean las mariposas…
Si son las margaritas las que
sobresalen en el camino que
recorre la bruma…
Entonces…,
también soy yo el destello que se posa
en el albor de la mañana,
soy esos pasos que recorren el sendero
iluminado por la luna,
ese cielo que se nutre de los grises
que gotean,
ese mar que penetrante
baña los rincones de un alma oscurecida,
y alimenta la esperanza de un amor
aventurero.
Mi amor propio.
—El amor que solo yo… Sé entregarme—.
Amar(me)
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3. Este mundo es de valientes…
Errante, amigo mío…
Te digo a ti, este mundo es de valientes,
observo la gallardía de los héroes,
esa que sobrepasa toda inseguridad.
Sobrevuelan por los aires contaminados
de optimismo,
mas ellos van exprimiendo el deseo,
hasta convertirlo en antídoto.
Si entendieras que sus almas
resoplan en canciones de cuna.
Tú, peregrino de azares,
te aferras al tranvía de la excitación
agreste,
mientras ellos
buscan fascinación por lo propio,
lo imperfecto.
Este mundo es de valientes…
Más allá de los pregones malsanos
de la maratónica apariencia,
y la propia voz que juzga,
en ellos suele verse sin predicamentos
la benevolente expresión
de lo que urge decirse,
de lo que suele salvar a un corazón maltrecho.
Pero no creas aventurero,
que en ellos no se forjan avasalladoras
sentencias,
bien sabes
que en las tonalidades más grisáceas
de un perdedor rendido,
suele hallarse la palabra profética
que saca del fondo toda cavilación.
No importa cuánto no sepan,
o cuánta marea ilusoria parezca
derrumbarse en la memoria,
ellos saben sacar fuerzas de las ganas,
y creerse el cuento de que incluso en la muerte…
puede contemplarse el renacimiento.
Amigo mío,
te lo digo…
Este mundo es de valientes.
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4. Tan solo una hoja seca…,
he caminado lento en este vendaval del habla,
mi cuerpo ha sido espiga, también crujido… Clamor
Matorral de sequedad
apenas quejidos,
apenas lluvia.
Qué será de mis anhelos desertores,
o de la exclamación del alma aligerada…
Qué será de la juventud del alba,
de la noche,
de la negra noche iluminada por la estela.
Quizás vuelvo a ser un crío
en esta barca de inquietudes,
y serás tú, vida mía,
la que limpie mi lengua,
Serás tú, en la eterna sequedad
Ya sin habla,
ya sin tiempo,
apenas la hojarasca, apenas la pluma
Tan solo una hoja seca…
Olvido.
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