Arnold Schoenberg nació como ciudadano húngaro en un territorio que luego fue checo. Vivió en Viena, Berlín, Barcelona y París. Falleció en 1951 como ciudadano norteamericano. La peripecia artística y personal relata las convulsiones de su tiempo.
Viena será referencia constante en la carrera de Schoenberg, cuna del padre de la modernidad musical del siglo XX. Durante el cambio de siglo, Viena fue el epicentro de una edad de oro para la cultura centroeuropea. Arnold Schoenberg será uno de los testigos y protagonistas privilegiados. Fascinado por el cromatismo de Wagner, por el arte de la variación de Brahms, y por la figura humana y musical de Mahler, Arnold Schoenberg tomará otro camino. Abandonaría la voluptuosidad de Wagner hacia un estilo más sobrio y esencial.
Schoenberg había nacido en 1874, en una modesta familia judía. Fue fundamentalmente un autodidacta. El gran pedagogo y teórico del siglo XX jamás frecuentaría un conservatorio. La obra de Schoenberg reivindica la fidelidad a la tradición, pero con intenciones de ir más allá. En 1904 Schoenberg comenzó las clases a sus dos alumnos más ilustres: Anton Weber y Alban Berg. Con ellos fundaría la Segunda Escuela de Viena. En 1911, mientras Estados Unidos ordena la retirada de sus tropas de Nicaragua, Schoenberg publica su Tratado de Armonía, con gran recepción en el mundo musical.
El legado temprano de Schoenberg contiene su primera obra maestra Noche Transfigurada opus 4. Esta fue un intento de aliar la música de cámara con el programa literario de los poemas sinfónicos de Strauss, traducidos a un lenguaje de sensualidad wagneriana. Luego Schoenberg abandona la exuberancia post-romántica de su primera etapa, para iniciar su renuncia a la tonalidad. A partir de entonces, brindaría igual tratamiento a todos los sonidos de la escala cromática, ya sin un centro tonal. En el programa de un concierto, Schoenberg escribió: “Soy consciente de haber roto todos los vestigios de una estética pasada.”
En su primera obra importante, el sexteto para cuerdas La Noche Transfigurada, de 1899, un Schoenberg de veinticinco años ya coquetea aquí con el atonalismo, llevando la tonalidad a sus límites. La obra, en un solo movimiento pese a su media hora de duración, está inspirada en un poema. El episodio narra la situación en que una mujer, infiel al hombre que realmente ama, confiesa a éste apasionada y trágicamente su infidelidad. Hay una posterior aceptación de los hechos por parte del enamorado traicionado. El amor de ambos finalmente superará el entuerto, "transfigurando" la noche en que la confesión se perpetra.
El texto del presente programa fue extractado del artículo de Juan Manuel Viana que acompaña la edición del disco escuchado hoy: Schoenberg: Noche transfigurada opus 4 de 1899 y Sinfonía de Cámara Nº 1 para 15 instrumentos solistas opus 9 de 1907. La música fue interpretada por la Tapiola Sinfonietta dirigida por Jean Jacques Kantorow. La edición pertenece a la colección Grandes Maestros de la música clásica, que en la Argentina publicó el diario La Nación en 2004.
Comentarios
Publicar un comentario